Cr. Luis Alberto Dalcol,
El riesgo país subía a 1.500 puntos. El US llegaba al extremo de la banda prevista, tocaba los $ 1.500. La tasa de interés se disparaba porque nadie quería prestar. Los acreedores temían no cobrar. Se alteran los mercados, cunde el pánico. Los colosos llaman a los bomberos. Solo bastaron anuncios: “Haremos lo que sea necesario”. En futbolero: saldría Banco Central entraría Reserva Federal. Curación de palabra.
Viajaron al norte, y sin hacer sonar las sirenas, solo con promesas a implementarse luego de las elecciones, se alcanzó en partes el efecto. El Presidente de E.E.U.U. toma una decisión política, más que económica, en ayuda de su predilecto Milei (que además se lo premia como Ciudadano Global 2025). Baja el riesgo país a 900 puntos y el dólar a $ 1.400, cuando ambos estaban en escalada. La tasa de interés se reduce del 35 al 25 % y se supera el momento aciago. Pura credibilidad que el mercado de momento acepta. El futuro no se sabe.
Internamente se eliminan retenciones al campo con tope de importes en US 7.000 millones (de un stock de US 9.300 millones) y de tiempo, hasta octubre. Rápidamente se alcanza el límite monetario y regresan las retenciones. El 86% lo aprovechan 7 exportadoras que compran el cupo sin acopio, poco les llega a los productores. Queda atrás el desafortunado mensaje de Caputo de horas previas: “ … vamos a vender hasta el último dólar … ”; aunque luego de la ayuda lo reemplaza por otro similar: “ … es una nueva era para la Argentina …”, cuando solo se evitó una devaluación. Landricina no pudo superarlo. Se festeja el efecto del éxito, sin apenarse y pensar en el fracaso del que emana; por la sesgada visión financiera del equipo económico, experto en el servicio de negocios de dicho sector que se alimenta de la economía real y virtual.
Posiblemente sirva – por obligación del asistente – a cambiar algunas cosas. A separar el Ministerio de Economía del B.C.R.A. que es el que debe defender el valor del peso. A que las reservas deban incrementarse y que no se dejen escapar para sostener el precio del US. Que en definitiva esté libre y que el B.C.R.A. compre lo que más pueda para consolidar el verdadero respaldo del peso argentino; con reservas propias y genuinas. En la contabilidad pública llaman reservas a las tenencias de US aunque sean ajenas, de deudas.
Deberemos alinearnos aún más en el contexto internacional con la posición del asistente, desarmar acuerdos de swap con China y de otras cuestiones geopolíticas o geoeconómicas.
La promesa más importante consiste en hacer un canje por US 20.000 millones. La operación no es un crédito público pero se le parece, supeditado a la futura variación cambiaria real. Es un intercambio de monedas entre los Bancos Centrales. Nuestro B.C.R.A. recibe US y entrega $ a un tipo de cambio determinado, con el compromiso de revertir la operación al mismo tipo de cambio, a una fecha de vencimiento que también ambos concertarán. Y, con el ofrecimiento de compra de bonos argentinos por E.E.U.U..
El equipo económico, a la fuerza, entenderá que el equilibrio fiscal es necesario pero que no es suficiente, que debe reactivarse la economía real y la intangible. La de los bienes materiales y la del conocimiento; y poner en marcha el potencial del país en competencia. Cambiar la moto sierra por el bisturí con la auditoría previa.
Se deberá mejorar el lenguaje grosero y los modos de soberbia. ¡La libertad c… ¡ es un eslogan de partido, no es de la investidura presidencial; no es un mensaje institucional. ¿Seguirá lo libertario, que es un extremo de lo liberal?.
Si los bomberos no venían nos íbamos a “Villa Default” que visitamos una decena de veces. A no confundirse, se evitó el temporal por la ayuda externa – no por virtudes internas – que en contrario lo originaran.