Cr.Dalcol, Luis Alberto
El mundo no está integrado en una sola teoría. Popper opinaba que no se podía probar que una de ellas sea cierta; sí, que fuese falsa. Cuando se afirma a futuro cabe preguntarse ¿cómo se sabe?. En economía, el análisis tiene origen en Europa. Principalmente en Italia y España. Ludwing von Mises, de la escuela austríaca, asevera: los teólogos españoles de Salamanca, en siglos XVI XVII, son los precursores del liberalismo. El estudio metódico ocurre en el siglo XVIII de la mano de los que llamamos clásicos; Adam Smith, David Ricardo y otros. Nuestro Belgrano, primer economista argentino, estudia en la escuela de los salmantinos.
El futuro tiene su rasgo principal en lo incierto porque son muchas las variables en juego e igualmente muchos los actores con diferentes intereses que interaccionan. De la situación presente y la influencia de estos elementos y atributos, que pueden ser cuantificables, debe incorporarse lo imprevisto. Esa mezcla mínima, construye el germen en cierne que dibuja el porvenir.
Aquí se empieza por el pasado. En este camino la influencia de la religión es innegable; Smith era calvinista, Locke protestante, los escolásticos nacen católicos. El Islam tiene bases económicas capitalistas. En China no aceptan la propiedad privada y las criptomonedas no son legales. Admiten la venta temporaria de inmuebles.
Siempre que se toma una providencia debe mirarse a lo lejos, a sus derivaciones y secuelas. Occidente no lo supo hacer y a partir de este siglo comete un grave error, del cual – por el momento – paga consecuencias. Se pasa a lo obrado, con un ejemplo temporalmente cercano.
LA IMPREVISIÓN DEL MERCADO OCCIDENTAL
En reducción, Occidente permite a China – en 2001 – que integre la Organización Mundial del Comercio. Le concede la membrecía de participar. De competir con otro sistema político y económico.
¿Quién advirtió, que después de dicha dispensa, iba a pasar todo lo que pasó en su despliegue de poder comercial?. En su propio continente, en África, en América Latina. En este último caso pasó a constituirse – desde 2005 – en el principal socio comercial de la zona. Y de su influencia en la mayor parte del mundo.
Por esta decisión de tránsito, se comenzó a rivalizar contra un gigante, un distinto. Que posee un mercado interno inmenso que – por economía de escala, mano de obra barata e impuestos, entre otros – arriba a precios muy inferiores. En un régimen político permanente que no tiene costos de libertad ni de democracia. Posiblemente, en igual forma suceda con India; mas ello aún es expectante.
La competencia requiere igualdad en las condiciones, y aquí se permitió la incorporación al mercado a un disímil; a un competidor con ventajas comparativas relevantes, originadas en el tamaño de mercado interno y de un sistema social y político diferente. Allí asienta su crecimiento y su poder.
HECHO CONFIRMANTORIO
Ya fue dicho. El año pasadola República Popular China exportó bienes y servicios por 3,6 billones de dólares e importó por 2,6 billones. Obtuvo un superávit comercial de 1 billón de dólares. Superó a todas las potencias exportadoras del mundo. Son hechos, no sentires; son derivados de decisiones propias de occidente, bien aprovechados con la ponderada calma oriental. El verdadero liderazgo es un servicio que va adelante, y necesita de talento e idoneidad. De saber cómo será, que pasará. En contrario no resulta buena guía, y tiene sus costos.
