Cr. Luis Alberto Dalcol, 12/2021
El presupuesto municipal para el próximo período ha sido aprobado y permite reflexionar sobre cómo evoluciona el gasto público de nuestra ciudad en relación al ingreso privado.
Al ingreso privado se lo representa aquí en los haberes jubilatorios de trabajadores autónomos y en el salario mínimo vital y móvil. Ambos recursos bases, de trabajadores pasivos y activos particulares, resultan una atinada pauta pues representan a un apreciable universo de ciudadanos del sector; además de constituirse en dos de los parámetros más relevantes para mensurar – en el orden internacional – la posición económica social de cada país, que los gobiernos no descuidan y le asignan significativa importancia.
La autorización de gastos aprobada para el 2015 por el H.C.D. al D.E.M. – según propuesta, confección y cálculos efectuados por este último – fue de aproximadamente 400 millones de pesos. El presupuesto para el 2022 se eleva a más de 5.070 millones de pesos.
Los importes expuestos muestran que, en dicho período, las erogaciones para el desarrollo del gobierno local se incrementan en más de doce veces y media. Es decir que en el próximo año 2022 se gastará el equivalente a 12,7 presupuestos íntegros nominales del 2015.
En igual curso, el haber jubilatorio mínimo para el trabajador autónomo pasó desde 09/2014 hasta 09/2021 de $ 3.134 a $ 25.922 mensuales. Este haber base se multiplicó por 8,27. En su teórica comparación, el gasto municipal supera al ingreso del jubilado autónomo en 4,43 veces reales.
El presupuesto municipal de 2015 necesitó un financiamiento equivalente a 127.632 jubilaciones; y, el presupuesto del 2022 requerirá el aporte de 195.587 haberes; un 53% más de unidades jubilatorias autónomas mensuales.
El cotejo con el haber mínimo vital y móvil proyecta una desfasaje mayor. En el mismo lapso de tiempo pasa de $ 4.400 a $ 31.104 mensuales, multiplica por 7,06 veces el estipendio y se agranda la diferencia con el gasto del presupuesto local a 5,64 unidades salariales.
Los censos conocidos de población no justifican – en su crecimiento vegetativo – las relaciones negativas de los movimientos arrimados; que están acotados a un breve período, pues no considera la trayectoria de arrastre, que también resulta negativa al sector autónomo.
Estas evidencias no modifican la tendencia de agrandar más al Estado y hacerlo participar por sobre lo que la economía total produce. La actividad privada es incidida por dicha evolución y en esa desarmonía reduce su concurrencia a lo producido. Lo expuesto no es novedoso; ratifica el avance fiscal sobre la renta privada que afecta la confianza y la inversión; y se suma a las causas del desequilibrio macro económico imperante.