Cr. Luis Alberto Dalcol, 10/2020
El vienés Peter F. Drucker, nacido en 1909 y educado en Inglaterra, es considerado el padre del management (así como F. Taylor y H. Fayol los líderes en asuntos de organización racional de tareas laborales). El escritor, ejerció la docencia en varios países de Europa y a partir de 1937 continuó en distintas ciudades de E.E.U.U.. Colaboró en periódicos y fue columnista editorial del Wall Street Journal.
Distinguió la separación – algo borrosa – entre lo público y lo privado. Abordó la noción arraigada de que lo público es lo que se desarrolla en el ámbito del Estado y que lo privado es el espacio de los particulares.
Se ocupó de todas las clases de organizaciones. Con y sin fines de lucro. En este último tipo de hacienda privada – que no tiene propósito de acrecentamiento patrimonial sino que utilizan los fondos para el cumplimiento de finalidades no económicas – observó el desarrollo de una enorme actividad social. Asociaciones civiles altruistas, filantrópicas o interesadas en algún sector determinado de la comunidad. De esta forma acercó y amplió el concepto de lo que se entendía como público.
Aunque parte de la política aún resiste sobre el lugar que les corresponde, paulatinamente estas entidades privadas, que incluyen a las organizaciones no gubernamentales (como cuerpo de bomberos, asociaciones gremiales, clubes, bibliotecas, colegios profesionales, escuelas de administración privada, comisiones festivas y otras agrupaciones similares), reciben reconocimiento y tratamiento social de institucionalidad cuasi pública por nuestra vecindad.
Para cuidarlas, el autor citado elaboró una forma de auto evaluación que resumió en las siguientes preguntas.
1 ¿Cuál es la misión?
2 ¿Quien es el asociado?
3 ¿Qué se considera valioso del asociado?
4 ¿Qué resultados se han producido?
5 ¿Cuál es el plan?
La primera pregunta interroga para definir la naturaleza de la entidad y su asimilación por los directivos (sus objetivos, fortalezas, debilidades). La segunda cuestión inquiere sobre el conocimiento de quienes la integran, con intenciones de evaluación. La tercera consulta discurre en el interés del asociado, en cuanto a lo que considera valioso. La cuarta pretende saber la satisfacción de las decisiones tomadas. Por último, la quinta propuesta, resume la información acopiada, permite recomendar y ordenar los pasos para direccionar las acciones futuras.
En regreso a lo señalado al inicio ennoblecería al Estado fomentar y procurar la integración social entre lo público y lo privado con atención de primacía a entes no oficiales de objetivos para estatales.