Cr. Luis Alberto Dalcol,
Meta A.I. responde: “ … una figura central en el cristianismo y una de las más influyentes en la historia de la humanidad… “. Para los cristianos no fue, es. Es el Hijo de Dios. El que hizo milagros, el que murió en la cruz y el que resucitó. Aquí una semblanza breve – histórica – de su persona, que plantea otra pregunta: ¿por qué se eterniza y convence tanto su imagen?.
En estado de vigilia – despierto – y con intención de medir – comparar magnitudes -, Jesús es el hombre más importante de la humanidad. Así de sencillo. Nuestra cuenta – en tiempos – se separa en antes y después de su nacimiento. No había sucedido, no volvió a suceder. No lo ordenó Jesús. Fueron sus hechos, sus sobrevivientes. Nadie ignora que su prédica cambia la vida, lo moral, el culto, las luces; solo en abreviación.
Jesús se perturba de su tiempo crítico y apocalíptico. De una sociedad opresora que elimina y descarta a sus pares, a sus hermanos y semejantes. Prostitutas, enfermos, recaudadores; por nombrar algunos. Con ellos comparte diálogo y comida. Crea la esperanza y da sentido al sinsentido de la vida vigente.
Acerca una ética evolucionada y difícil de cumplir. Entre otras exigencias: amar al enemigo. Jesús molesta a todos, hasta al poder y al político.
Los evangelios narran su vida. Aún los que los cuestionan, aceptan que Jesús propone una apertura al espíritu increíble en un ambiente romano imperial que hostiga y que llega hasta crucificarlo. Pasa por la muerte más cruel conocida, bajo gobernanza de Poncio Pilatos.
Construye – con hombres – la Iglesia, que difunde su obra. En ese andar se cometen errores, como la inquisición, la oposición a Galileo Galilei, entre otros; mas, se reconoce y remeda esa acción humana equívoca. En el balance, el Templo, es positivo; logra enseñar su palabra y rituales más significativos y reveladores. Permanece y es respetada.
Jesús es principalmente el Mesías, además de ser un profeta transformador, un revolucionario; que nació en Belén y comienza su vida de prédica recién a los 30 años.
Fue un hombre distinto que cambió el mundo, hace ya más de 2000 años. Se intenta continuamente de cuestionarlo, mas perduran sin afectar sus valores transmitidos y sus enseñanzas que evolucionaron – para bien – a la humanidad y la existencia del hombre.
De Moisés, central en el Antiguo Testamento, no existen evidencias como de Jesús. Para los cristianos es su precursor. Aquel, para los judíos, es el que los libera de la esclavitud de los egipcios, el que los guía por el desierto e imparte mandamientos. Moisés es libertad y esperanza.
ASISTENCIA
En ayuda a la respuesta de la pregunta insinuada: ¿por qué se eterniza y convence tanto su imagen?, se intuye que habría que buscarla en la fe, en la creencia, en la confianza, en la convicción que nos ubica en lo que somos; humanos limitados que no tenemos todas las respuestas.
El Don de la Fe suele apoyarse en esa realidad de reconocer nuestro límite. Es un gran beneficio que viene en nuestro auxilio, sin importar cuál sea la religión respetada.
