Cr. Luis Alberto Dalcol,
El gobierno se empeña en negar el atraso cambiario. Las evidencias abundan. Turismo y compras más ventajosas en el exterior es el más simple y notorio. El índice Big Mac, la desvalorización inferior a la inflación, la revaluación del peso o devaluación del dólar blue. Rebasan los indicadores en el mismo sentido.
La administración económica no quiere reconocer el desfasaje porque solo piensa que tiene una única
solución: la devaluación del peso respecto del dólar; y la incidencia que deriva en precios, elemento que advierte negativo a su interés para el próximo acto electoral.
El presidente se enoja con la realidad, y con los que la expresan. No aporta un argumento razonable. Esta necedad está fundada en lo expresado anteriormente, en creer que reconocer el atraso cambiario solo se soluciona con devaluar el peso. Es decir que no la acepta por creer que el único camino contra el atraso es devaluar.
Devaluar el peso tiene en emergencia al partido político oficial porque derrumba su credibilidad; aunque lo que verdaderamente importa es que devaluar empobrece a toda la Argentina. Es alentador que prometa no devaluar, pero debe atacar el atraso cambiario.
EXISTE OTRO CAMINO, LA PRODUCTIVIDAD
La conducción del Estado no ha reparado en la ruta de la productividad con el énfasis debido, que debe profundizar en la administración pública y que debe alentar en el sector privado.
La productividad, ya lo he expresado (1): “ es el aumento de la producción por unidad de insumo aplicado. En brevedad, producir más con menor costo. Ello requiere de estudios de productos y de procesos; y, de todos los elementos gravitantes”. De investigación y desarrollo. De innovación, de inversión en tecnología aplicada a la producción. No de un artificio monetario. La productividad es la solución legítima, justificada, probada.
¿Por qué la empresa china desplaza a la americana en A.I.? Porque innova a menores costos.
Repito (1): “La productividad es simple de entender, pero su obtención es para calificados”. El Estado debe cumplir con sus funciones mejorando su administración con costos más bajos. Debe actuar como si compitiera con otro Estado en la eficiencia de su administración. Eliminar estructuras improductivas, no elevar gastos en los Poderes del Estado como ocurriera en el legislativo, con ataque irrenunciable a los fondos reservados y a la corrupción que asombra cada día más. “Mejorar su oficio con reducción de gastos para que derive en baja de impuestos y colabore con las empresas en su continuidad de producción”.
Apurar reformas anunciadas, atrasadas. No distraerse con el F.M.I. que sabemos está obligado a refinanciar.
Debe alentar la creatividad que reduce costos y compensa el desfasaje monetario. Es el camino del esfuerzo, del mérito el que superará el escollo.
(1).”El dólar y el peso. Puede fallar”
Para proteger esta valoración obtenida el único camino genuino es la productividad, tanto en el sector
público como en el sector privado. Ahora sí, se van a ver los verdaderos competentes, los auténticos
virtuosos; tanto en la administración estatal como en el nivel privado. Existen otros atajos que no son
legítimos y que a la larga se cobran una mayor privación.
EL CAMINO DE LA PRODUCTIVIDAD