fbpx

secretaria@cdci-gchu.com.ar

+549 3446 424513

w

+549 3446 379208

25 de Mayo 1008

BENEFICIOS

ASOCIATE

Cr. Luis Alberto Dalcol,

El sofisma es un razonamiento que aparenta ser correcto pero que no lo es. El Ministro de Economía dice: “la idea es comprar lo que quieras y que nadie te pida explicaciones”, y agrega: “esto no es un blanqueo”.  Expresa: “el dólar no está atrasado,  el peso  está adelantado”; o,  su opuesto: “terminó la época de la Argentina regalada en dólares”. Reúne a  supermercadistas y les dice:  “no aflojen” y al mismo tiempo: “los precios van a colapsar”. Son fraseos  contradictorios que no resisten  análisis lógico. El temor es que no configuren  siquiera sofismas por la ausencia de argumento  y constituyan  una retórica aún  más comprometida.

En igual sintonía se agrega vocabulario como “dolarización endógena”, para indicar que van  por  dólares informales en forma excitada,  y no por su aporte o incorporación  voluntaria; por confianza en  la economía. Con intención de que ese ahorro asista al consumo en lugar de canalizarlo  a la inversión. O, “remonetizar”, eufemismo para sacar pesos de circulación y obligar a pagar con dólares que están en resguardo del abuso del Estado. Nada de liberal, nada de libertad y poco imaginativo. En una realidad confiable los dólares ingresan sin que lo llamen. O, con el “punto Anker”, nombre de la ex  consultora del Ministro,  para indicar que se emite solo cuando el Tesoro no tenga para pagar deuda o para comprar US cuando esté en el piso de la banda. El último mes, consultoras acreditadas, informan que el producto decreció el 1%.

Nuestra economía ha ido por las finanzas, endeudamientos y blanqueos. Arrima dólares prestados, de regularizaciones impositivas y de otros flujos no permanentes no generados por la economía real. Se preocupa por los dólares, pero no abreva que los legítimos  son los que genera la economía, de la producción interna que emana de inversiones privadas. De la economía real y no de los servicios financieros o de las  evasiones fiscales.

Este proyecto de blanqueo, si se concreta, empata con el de Kichner en tener dos en un  mismo  gobierno.  Marcaría otro record porque  sería el primero en ser colindante con otro vigente y en utilizar la vía  ilegal del decreto. Invita a la  inconducta fiscal y a más informalidad. Califica de tonto al cumplidor y crea una competencia desleal.

El ahorro que se fue de la formalidad, egresó por  falta de seguridad, por  expropiación de depósitos expuestos o por  inflación que los consumía como un impuesto  más, y por la corrupción. Regresará cuando la confianza se instale nuevamente, en forma sólida, discrecional y no  por discursos vanos y desesperados. Los proponentes deberían incorporar sus ahorros en la medida que lo plantean. Hay que presentar hechos y construir marcos de recepción que seduzcan sin recelo.

La conducción económica (o mejor dicho financiera) festeja  cuando el viaje aún no ha comenzado. Era elemental bajar el gasto sin excepciones (deben incluirse  los  reservados sin rendición de cuentas,   los pagos por favores políticos y otros parecidos). Conseguir equilibrio fiscal y bajar  inflación en forma genuina. La baja de  índices de  pobreza, o alza  de ingresos  deriva de mediciones con  distinta moneda. El país no crece, apenas insinúa recuperación. Se reciben expresiones  elogiosas de políticos y burócratas, mas las inversiones de riesgo  no confían en nuestras promesas mientras se consume el 40% del período de tiempo de gobierno. El diseño es de flujos: superávit primario, retiro de pesos en circulación, baja de inflación, incorporación de dólares, aumento de reservas por compra con emisión  para al fin lograr reducir el riesgo país. Luego esperar que nos acepte el mercado voluntario de créditos y volver a endeudarnos. Pura finanzas. De creación de riqueza, de producción se habla poco, salvo el R.I.G.I. . No es arriesgado pensar que en este sistema – en próximos  vencimientos – el Tesoro  “compre” (use) US disponibles de reservas del B.C.R.A.   y empiece nuevamente su insolvencia  con la tenencia de bonos incobrables; o usarlos para intervenir en el mercado cambiario, como se anuncia cuando supere el techo de $ 1400.

ESTABILIDAD  CAMBIARIA ARTIFICIAL E INFLACIÓN POSTERGADA.

Actualmente el Ministro absorbe la autonomía del BCRA y le hace vender US en el mercado de futuros (que no  informa) y que deberá pagar con reservas a su vencimiento a precio similar al actual. Son los US que ofrecen los privados   en el mercado para que la relación esté planchada y que calzan con la compra de dólar  futuro al BCRA, ponen los pesos a plazo fijo y ganan cerca del 20% anual en US. Al vencimiento se beneficia el inversor financiero privado sin crear riqueza,  el gobierno porque gana gobernabilidad y elecciones con estabilidad ficticia – mantiene el US quieto y contiene la inflación real que provocaría el US libre -; todo en apariencia de una situación natural sin intervención. El que pierde es el Estado, principalmente en tiempo  por no atender con un plan integral la producción real a una apertura sin preparación previa.

Los economistas tienen la obligación de marcar las falencias del rumbo aunque reciban insultos. Las finanzas siguen copando la conducción y el marco ideológico; y solo se trata de un servicio – que puede ayudar – pero que toma una tajada importante del producto y  asume un riesgo minúsculo para producirlo porque su negocio está regulado.

Todos deseamos un país próspero y vivible y este gobierno tiene tiempo de su reencauce por el esfuerzo del trabajo productivo que genera la inversión privada y virar a un mensaje normal, neutro, decoroso; y sobre todo  decente, que no ofenda  al argentino con opinión no subordinada ni obsecuente con las ideas presentadas y aplicadas.

Compartir esta nota