Cr. Luis Dalcol
La inteligencia artificial se vinculará cada vez más con la educación. La aplicación GPT produce respuestas, y se propaga que intenta reemplazar el proceso creativo de aprender y razonar.
La inteligencia artificial se vinculará cada vez más con la educación. La aplicación GPT produce respuestas, y se propaga que intenta reemplazar el proceso creativo de aprender y razonar.
En principio debe considerarse que todos los aportes, descubrimientos, innovaciones son bienvenidas. Que no tenemos que temer ni oponernos. Más bien debemos conocerlas, incorporarlas y si se observan debilidades ayudar a encauzarlas.
Cuando ha aparecido una nueva revelación a lo largo de la historia siempre ha encontrado algún reproche, reparo u obstáculo; y ello sí, ha creado problemas de demora de incorporación en el avance del nuevo conocimiento.
¿Quién saca raíz cuadrada, usa tabla de logaritmos o determina derivadas como en nuestra época, cuando ahora con apretar una tecla se lo puede obtener?. ¿Nos hizo perder el aprendizaje o evitar razonar; o más bien nos elevó el escalón de inicio para arribar a otros conocimientos superiores?.
A esta altura de la civilización lo expuesto resulta obvio. ¿O no hemos aprendido que el nuevo conocimiento nos hace más ignorantes? pues nos trae interrogantes de los cuales no sabíamos de su existencia y por lo tanto deberemos aprender y razonar cada vez más.
A la innovación siempre tenemos que abrirle las puertas. Sus desajustes se corrigen en su aplicación, para lo cual deberemos conocer y ponderar a través del raciocinio.
El problema mayor es la velocidad del cambio, que requiere de educadores actualizados para que transmitan los aprendizajes.
El modo de la educación deberá adaptarse. Conocer lo actual y comprender la celeridad en la toma del nuevo conocimiento. Admitir que la instrucción recibida es efímera y que se incorpora a un proceso de continuidad de cambio permanente. La mente debe quedar abierta, en disposición a nuevas herramientas que le aportará la civilización.
Posiblemente la instrucción tenga más tiempo libre. La escuela deberá dedicarse más a cuestiones de la persona, de su conducta en la vida social, en la convivencia y en avivar la visión analítico crítica de la vida que esa evolución, mal usada, pueda llevarnos a un determinado modo de actuar que altere nuestros principios básicos de concordia, solidaridad, armonía que – en libertad – indudablemente, no debemos descuidar.