Por Cr. Luis Alberto Dalcol, 03/2021
La fabulosa evolución – en su aceptación y valoración – de las monedas criptógrafas mueve a esta anotación.
Sobre el soporte técnico de la cadena de bloques, plataforma virtual que asegura el registro público de la emisión y de la transacción, más el acceso al control y auditoria; se intenta reemplazar – o coexistir – al modelo del Estado en su rol de autoridad única de los sistemas monetarios vigentes.
La creación de moneda no es totalmente novedosa. Hasta nuestra ciudad supo tener moneda local a través de la emisión y respaldo de un banco privado. Ahora se agrega un avance técnico importante que transparenta todo el sistema, aún mayor que los que proveen los bancos centrales que custodian las monedas oficiales de los países.
MODO OPERATIVO
Cada operador debe contar con dos claves registradas; una pública que habilita para cobrar y otra privada que permite pagar.
El que quiere comprar informa al vendedor de su demanda, si el vendedor acepta le envía su clave pública para que le pague la compra. El comprador con su clave privada transfiere su pago a la clave pública del vendedor. Luego de registrado lo monetario se materializa la operación física de los bienes con la normalidad conocida.
RESPALDO
Se informa que las criptomonedas tienen una emisión finita y predeterminada. No existe la vulnerabilidad de los sistemas públicos que, para financiar su déficit fiscal, emiten moneda sin respaldo en sus reservas o su producción económica; y recurrentemente la moneda pierde su poder de compra.
Los nuevos sistemas aseguran que, por contrario, existe un programa que reduce la cantidad de unidades en circulación y con ello protege su desvalorización.
Lo descripto intenta transmitir lo conocido y sucedido. No se aprecia inconsistencia en su concepción. Su evolución y desarrollo aparenta sólida y confiable.
No obstante, como el futuro, es una cuestión por venir que nadie sabe.