Así como un niño va a la escuela, la inteligencia artificial va al mercado. Al niño, al término, la escuela lo evalúa con el maestro que antes le ha enseñado. La empresa que produce AI, investiga y desarrolla, luego somete su estudio – en oferta – al análisis del inversor. A resultas de ello, el mercado le pone valor a los bienes, a los activos presentados.
Cuando una empresa “A” exterioriza una innovación que se considera mejor que la existente, supongamos de la empresa “B”, (y si además tiene características disruptivas) el mercado suele asignarle mayores valores a la “A”. Normalmente – al principio – aparecen sobre dimensionados. Además provoca un desplazamiento o menor valor en la empresa “B”.
El valor de la empresa “A” se mantiene en el liderazgo hasta que aparece otra empresa con innovación técnica u otra variable que mejora lo actual o presente. Puede ser propuesta por la misma empresa “B” mencionada o por la irrupción de una nueva empresa que llamaremos “C”.
Luego se produce un movimiento repetitivo entre todas las empresas del sector. El mismo vaivén de valoración y de des valoración de los ofertantes del servicio como ya fuera mencionado. Es una sucesión eterna. Es lo habitual y normal.
Es un juego constante donde reina la incertidumbre, al menos de la permanencia en la valorización. Depende de la investigación firme y exitosa que propongan a los demandantes del servicio, las empresas que producen A.I..
Pasa siempre. Le pasó a las americanas proveedoras de Chap GPT con la tecnología que estaba y que
desplazaran, y le pasa ahora con la china DeepSEEK que la desplaza a ellas. De desalojante a desalojado. Ambas procesan grandes bases de datos en redes neuronales profundas. El mercado (el inversor) cree que ésta última acerca un modelo de lenguaje más accesible, con mayor precisión, de menores costos y de código abierto que al final cambiará las preferencias del consumidor final y se cotiza. El mercado no siempre acierta; sí, tiene muchos más aciertos que equivocaciones.
Sam Altman de OpenAI la calificó de impresionante, estimulante. DeepSEEK es obra de un emprendedor independiente que invirtió solo US 6 millones contra recursos muy superiores de empresas otrora líderes. Tiene un sesgo chino como las americanas uno occidental que no es aceptado en esto lares; mas, es conocido.
Esta anotación desborda de obvia. Es el capitalismo, la economía de mercado que aplica todo el mundo. Sí, el comunismo queda para cuestiones políticas autoritarias nada más. Ahora todos somos capitalistas, libres o sometidos a un régimen, pero capitalistas.
No se combate más al capital.